Muy rica, muy suave y muy fácil. Sin horno. La receta la voy a dar tal cual la vi, pero yo usé para la base un paquete de galletas napolitanas y no puse azúcar, creí que con la leche condensada, y el azúcar de las napolitanas era suficiente y para mi quedó perfecta. Ya que no se termina de ir el calor una tarta fresquita y sencilla siempre viene bien. Y además muy buena.
INGREDIENTES :
15-16 galletas
80 gr de mantequilla
250 gr de leche condensada
250 ml de nata para montar
250 gr de mascarpone
60 gr de azúcar (opcional)
250 ml de leche
1 sobre de cuajada
1 cucharadita de esencia de vainilla
Como siempre con estas tartas. Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla fundida o en punto pomada. Colocar como base en un molde desmontable y repartir presionando con el dorso de una cuchara hasta que quede una base compacta. Reservar en la nevera. Poner al fuego el queso, la nata, la leche condensada, la esencia de vainilla y aproximadamente la mitad de la leche. En el resto de la leche fría diluir la cuajada con cuidado de que no queden grumitos. Cuando la mezcla al fuego empiece a hervir, añadir la cuajada removiendo constantemente para que no se nos pegue Hasta que rompa a hervir. Retirar del fuego sin dejar de remover hasta que deje de hervir y volver a llevar al fuego hasta que rompa a hervir otra vez. Apartar. Esto es solo cuestión de segundos. Si miráis las instrucciones del fabricante de como hacer la cuajada también os lo indica así. Poner una cuchara con el dorso hacia arriba sobre la base de galletas. Esto es para que rompa la caída de la crema y no nos dañe, ni nos rompa la base de galletas. Volcar la crema sobre la base. Llevar a la nevera un mínimo de 4 horas. Pasar un cuchillo por los bordes para separar la tarta de las paredes y desmoldar. Decorar a gusto. Yo puse un poco de caramelo líquido, pero dulce de leche, cacao, fideos de chocolate... o así mismo, que estará rica igual.
REFERENCIA:
No recuerdo la fuente.
