Esto es parecido a una tarta de queso clásica, pero con un par de cosas diferentes. Está hecha con sémola de trigo y lleva limoncello. Aún no lo pruebo, pero huele muy bien. Para darle un poco de brillo le he hecho un Almíbar con azúcar y un chorro de limoncello. Pero a gustos, la receta no lo pedía.
INGREDIENTES;:
85 gr de sémola de trigo
250 gr de queso ricotta
250 gr de leche
3 huevos
170 gr de azúcar
1 vaina de vainilla
1/2 taza de limoncello
1 Pellizco de sal
100 gr de fruta confitada
Primero poner la leche en un cazo al fuego con la sémola y las semillas de la vainilla. Para ello rajar con la punta de un cuchillo la vaina a lo largo, abrirla y con la ayuda del cuchillo raspar las semillas y añadirlas a la leche. Dejar cocer todo aproximadamente unos 10 minutos sin dejar de remover. Veréis que se os forma una masa compacta que se empieza a despegar de las paredes. Añadir el azúcar y mezclar todo bien. Cuando el azúcar empieza a disolverse la masa se os convertirá en una crema espesa, es lo que a mi me pasó, la receta no lo aclaraba y pensé que a lo mejor lo estaba haciendo mal, pero la tarta salió bien, así que no os asustéis por eso. Dejar enfriar. Triturar un poco la ricotta que os quede más fino. Yo por aquí cerca no encontré ricotta y usé mató, que es más o menos lo mismo. Añadir la sémola y mezclar. Ir añadiendo los huevos 1 a 1 y mezclando bien antes de integrar el siguiente. Por último el limoncello. Enharinar la fruta confitada bien picadita y añadir a la masa. Precalentar el horno a 170°. Engrasar y enharinar un molde de aproximadamente 18 cm, (el mio era de 22). Verter la masa dentro y hornear por unos 40-45 minutos. Se puede decorar con un poco de fruta, pero yo hice un Almíbar con azúcar y limoncello y pinté el migliaccio con el.
