Cuando me encontré con una receta en la que me pedían cremor tártaro estuve mirando que era y para que se usaba. Busqué recetas para amortizarlo ya que lo compré. Encontré la del chiffón, de limón, naranja, chocolate.... los iré probando. Son muy ligeros y la masa es muy líquida. Suben muchísimo en el horno porque se les mete mucho aire, pero al sacarlos del horno tienden a bajar. Por eso es importante invertir el molde y no engrasarlo para que la masa se pegue al molde y no caiga. Debería usarse un molde alto Tipo rosquera con patitas, pero como de eso no tengo he usado uno redondo metálico y desmontable.
INGREDIENTES:
8 claras
8 yemas
2 tazas de harina
1 3/4 tazas de azúcar
3 cucharaditas de levadura
1/2 taza de aceite
3/4 de taza de agua fría
3 cucharaditas de ralladura de limón
1 cucharadita de cremor tártaro
1 cucharadita de esencia de vainilla.
Para el glaseado:
3/4 de taza de zumo de limón
1 1/2 de azúcar glas.
Tener todo a temperatura ambiente. Tamizar juntos todos los ingredientes secos tres veces. Eso es para que el bizcocho sea más esponjoso. Hacer un hueco en el centro y añadir en el siguiente orden: aceite, yemas, agua, vainilla y ralladura. Mezclar bien. Montar las claras y añadir el cremor tártaro. Añadir a la masa anterior con cuidado de que no bajen. Verter la masa en un molde alto sin engrasar y hornear a 180 ° durante 45-60 minutos. Sacarlo del horno e invertir el molde sobre una rejilla hasta que enfríe. Desmoldar. Preparar el baño con el azúcar glas y el zumo de limón recién exprimido y bañar el chiffón.