sábado, 22 de febrero de 2020

TARTA DE QUESO Y MANDARINAS

Ahora que aún están de temporada. Muy fresca, muy agradable, muy rica. La receta es similar a todas las tartas de queso frescas que se hacen sin horno. Miré algunas y finalmente me decidí por esta que vi en lecturas. La cobertura tiene mandarinas en almíbar, las compré en el carrefour y también las he visto en el mercadona, pero si no las encontráis se puede prescindir de ellas y usar solo el zumo de mandarina.

INGREDIENTES :
para la base:
200 gr de galletas 
70 gr de mantequilla 

Para la crema: 
200 gr de queso de untar
200 gr de leche condensada 
250 ml de nata para montar 
150 ml de zumo de mandarina
4 hojas de gelatina o 8 gr polvo

 Para la cobertura :
Una lata pequeña de mandarinas en almíbar 
180 ml de zumo de mandarina
2 hojas de gelatina o 2 gr en polvo

Primero hacer la base. Triturar las galletas y mezclar con la mantequilla fundida o en punto pomada, como más os guste. Poner sobre la base de un molde desmontable y alisar la superficie con una cuchara. Reservar en la nevera. Poner la gelatina en agua fría a hidratar. Mientras montamos la nata con el queso y vamos añadiendo la leche condensada. Cuando esté listo, ponemos al calentar 1/3 del zumo de mandarina, añadimos la gelatina escurrida y mezclar Hasta que se disuelva. Añadir al resto del zumo. Ir añadiendo poco a poco a la crema de queso y mezclar bien. Yo en este punto le puse un poquito de colorante alimentario de color naranja para que se viera más color, pero no es necesario. Volcar sobre la base de galletas y reservar en la nevera 1 hora aproximadamente Hasta que solidifique. Para hacer la cobertura escurrir bien el almíbar de las mandarinas y colocar sobre la tarta para decorarla. Poner la gelatina a hidratar en agua fría. Exprimir las mandarinas y apartar 1/3 del zumo que calentaremos en el microondas. Añadir la gelatina escurrida y disolver. Mezclar con el resto del zumo y repartir sobre la tarta vertiendo con cuidado sobre el dorso de una cuchara para romper la caída.  Guardar en la nevera un mínimo de 6 horas. Pasar un cuchillo por el borde del molde para desegar de las paredes y desmoldar con cuidado.