INGREDIENTES:
250 gr de queso costeño o fetta
250 gr de harina de maíz (maizena)
2 cucharadas de almidón de yuca
1/2 cucharadita de levadura química
Pizca de sal
4 cucharadas de azúcar
1 huevo
Agua o leche
Aceite de girasol
Primero poner un recipiente algo profundo al fuego con abundante aceite. Los buñuelos deben flotar en el, así que procurad que haya suficiente aceite. También cuidad la temperatura, mi cocina es eléctrica, tiene del 0 al 12 y yo lo puse en el 7, para que tengáis una idea. Mientras se calienta, preparamos la masa. Rallar queso con la parte fina del rallador, tiene que quedar muy finito. Añadir la harina de maíz, la levadura, la sal, el azúcar y el almidón de yuca. Mezclar bien con las manos y añadir los huevos. Mezclar un poco y añadimos el agua o la leche. Yo esto lo hice a ojo, pero puede que aproximadamente unos 175 ml. Añadir de a poco hasta que quede una masa manejable y no muy dura. Ir haciendo bolitas, yo las hice del tamaño de una pelota de ping pong más o menos. Echar una bolita muy pequeñita de masa al aceite. Esta tiene que quedar hundida unos 15 segundos y después subir, ese es el punto del aceite. Poner las bolitas en el aceite y dejarlas freír durante unos 15-20 minutos. Tienen un detalle curioso, ¡no hay que darles la vuelta!! Ellas solas van girando y dorándose por todos lados. Una vez hechas, se sacan del aceite y se dejan sobre papel absorbente para que suelten un poco de grasa. ¡Muy ricos!