INGREDIENTES :
Chocolate negro
Pintura en polvo comestible dorada
Hojas
Aceite
Primero lavar con mucho cuidado las hojas con agua jabón y un estropajo suave. Secar las con mucho mimo y cuidado y engrasarlas ligeramente con un poco de aceite. Eso es para poderlas desprender con facilidad. Derretir el chocolate en el microondas o al baño maría. Con la ayuda de una cuchara pintar la parte posterior de las hojas. Que la capa no sea demasiado fina porque se romperán. Meterlas en la nevera hasta que el chocolate esté completamente sólido y duro. Con cuidado y procurando no tocarlas en exceso con las manos para evitar que se derritan con el calor de las manos, coger el tallito de la hoja y desprender con cuidado la hoja. Por último, con un pincel fino y seco iremos pintando con la pintura en polvo los nervios de las hojas y con cuidado iremos difuminando hacia afuera desde el nervio para que queden bonitas. La pintura en polvo comestible se puede encontrar en tiendas especializadas, no es complicado de encontrar.