Esto lo hacía mi madre cuando éramos niños, solo que ella lo llamaba pestiños. He hecho solo una pequeña cantidad. La receta me la ha pasado una compañera del colegio, y enseguida que la he visto me he acordado y he dicho ¡voy a hacerlos! Rapidísimos de hacer y muy ricos. Si tenéis un rato enseguida los podéis hacer.
Il aceite en la receta lo usaban crudo, yo recuerdo que mi madre lo calentaba junto con el anís para que cogiera sabor. Yo lo he hecho así pero podéis hacer como os diga la receta o como prefiráis. En cuanto a las cantidades, se pueden reducir como yo, por ejemplo, en mi caso he usado solo 40 ml de aceite y 40 de moscatel más la harina que admitió.
INGREDIENTES:
Un vaso de vino
Un vaso de aceite crudo
500 gr de harina
Anís en grano
Azúcar y canela para rebozar
Aceite para freír.
La receta es muy sencilla, yo primero he calentado el aceite con el anís. No lo he calentado mucho, simplemente es infusionar para que coja el aroma. La cantidad es a gusto. Una vez tengamos infusionado el aceite con el anís, mezclarlo con el vino, yo he usado moscatel. Y añadir la harina hasta formar una bola. Esto resulta muy sencillo porque con el aceite la masa se vuelve bastante fácil de manipular. Para hacer la forma puede hacerse de dos maneras. Coger porciones de masa y estirarlas con los dedos que quede finita. O estirar con un rodillo y cortar con la ayuda de un cuchillo. Yo usado la segunda, porque de este modo me quedaba más finito. Poner abundante aceite en una sartén a calentar al fuego. Una vez tengamos el aceite a temperatura media, ir poniendo trocitos de masa para freírlas cuando estén dorados por los dos lados, sacar y escurrir sobre papel absorbente que suelten el exceso de aceite. Mientras aún estén calientes rebozar en una mezcla de azúcar y canela. ¡ Riquísimos!!